En este mes de noviembre, momento en que Casa de Madera – Galería de Arte, festeja los veintinueve años de su fundación, un grupo de artistas plásticos como: Alicia Grébol, Norma Gamalero, Daniel Tedeschi, José Solla, Pipo La Torre y Eros Vanz, rendirán un tributo a la extensa obra de uno de sus iniciadores, Manuel Escudero. La inauguración será el sábado 22 a las 19 horas y durará hasta el 20 de diciembre.
La lucidez de los frescos 96 años de Manolo, le da un relieve muy particular a sus mas de 50 años relacionados con el mundo de la pintura, es algo así como las “bodas de oro” con su “otra novia”. Eso es mucho tiempo, mucho óleo y aguadas pegados a los dedos, en las camisas y delantales, miles y miles de pomos gastados, en casi sesenta años, cuántas imágenes y representaciones en el cerebro, cuántas ideas son 60 años y cuántos cielos imaginados, cuántos gestos con el pincel y la espátula, y la cantidad de metros de tela clavadas sobre los bastidores, la infinidad de alumnos.
Una vida de pasión de artista, de pintor, que comenzó a sus 17 años allá por su apartada y ventosa bahía, “grafouyando” sus carbonillas las primeras hojas canson, después vinieron los aceites y acuarelas, las caminatas con sus pertrechos buscando el punto de observación para pintar ese pueblito de interior orillando el camino. Su obra está señada por lo figurativo y sus inconfundibles tonos pasteles, sus jarrones de flores y sus naturalezas muertas, un paisaje patagónico y la iglesita norteña, una calle de Colonia, una marina, una playa, abedules, los girasoles... Mucha poesía en la pintura de Manolo, y un poco de nostalgia, pero por sobre todo y en simples trazos, el tiempo capturado para siempre en la tela.
Hubo que hacer otras cosas junto a Sara para “parar la olla” y criar los chicos, pero “el traje” que mejor le queda a Manolo, el que todos le conocemos, es el de pintor y el de su vocación por las bellas artes. Junto a Norma y a Néstor Villar E. en noviembre de 1979 abrieron este hermoso espacio que a lo largo del tiempo se constituyó en un icono de la mejor plástica de la ciudad. Hoy y luego de un pasaje crítico marcado por un tiempo de depresión, Galería CdM ha recuperado su brillo de antaño y su espacio escénico con nuevos lenguajes artísticos como la música, la literatura, charlas sobre temas afines y siempre, en forma permanente las muestras de pintura, dibujo, escultura, fotografía, nuestra Casa se ha incorporado con fuerza al circuito de las bellas y visitables cosas con que cuenta la ciudad de Mar del Plata.
